Alfonso Val Ortego. "Las cosquillas"
El viernes de San Valentín nos
permitimos una sesión un poco más larga de lo habitual.
Comenzamos con un juego para crear confianza
entre los miembros del grupo. Era un juego divertido en el que había
que relajarse y abandonarse, y confiar en que estaríamos
constantemente protegidos por el grupo. Es muy útil y resulta muy
placentero si somos capaces de relajarnos, lo cual no le resulta tan
fácil a todo el mundo. De la misma manera que no somos conscientes
de un ruido hasta que éste no cesa (por ejemplo, el zumbido de una
nevera), tampoco nos damos cuenta de la cantidad de tensiones
musculares que mantenemos constantemente sin necesidad. Creo que
vendría bien incluir una sesión de relajación al final de la
actividad.
Jugando a ser fotógrafos:
Influenciados sin duda por la reciente
sesión de fotografía erótica, cuyos resultados esperamos poder
mostrar en unos días, ayer jugamos a que, por un momento, éramos
fotógrafos y teníamos que diseñar “escenas” que pudieran
servir para ser fotografiadas. Hubo varias propuestas, algunas muy
eróticas, que fueron llevadas a la práctica siguiendo las
instrucciones de sus respectivos diseñadores o diseñadoras, quienes
elegían para ello a quienes querían, de entre las personas que
estábamos allí. Con ello nos regalamos el placer de mirar y de
crear, y practicamos el erotismo visual. Nos hemos planteado para más
adelante fotografiar en cada sesión los resultados y poder
mostrarlos. Pero sin prisa…
Luego nos dimos una ducha por parejas
(elegían las chicas) y nos metimos en la sauna. Es pequeña, pero
batimos el record Guinness, nos metimos todos y hubo mucho cachondeo
y bromitas. También hubo un pequeño susto por un resbalón que,
aunque fue muy sonoro, no tuvo consecuencias. Mejor usar chanclas. Luego pasamos
al jacuzzi y hubo masajitos en los pies. Se estaba muy bien en el
agua, pero nos quedaba toda la parte de engrasado colectivo y masaje
sensual,… Total, que se pasaron casi cinco horas, y hubiéramos
seguido allí, pero ....
Nunca hay dos sesiones iguales, y
siempre se aprende algo nuevo.
Besos